domingo, febrero 26, 2006

¿Son iguales los conciertos?

A un concierto puedes ir por muchas razones. Porque te gusta el grupo, porque te han convencido para ir, o porque toca el hermano de la chica o chico que te estas ligando desde hace meses. Se dio la segunda circunstancia en mi caso el viernes pasado. El Turi me llamó para ir a un concierto de un colega suyo, y yo me subí al carro. En pleno concierto, me puse yo a reflexionar sobre varias cosas.

Primero: ¿Por qué el nombre del grupo está en inglés si todos los integrantes son de Leganés? Quizás la causa sea que Time Symmetry, en el nombre en la lengua de Shakespeare queda chulo, pero decir que tu grupo se llama Simetría Temporal, te puede hacer quedar como un imbecil. Estamos en lo de siempre, como la gente no tiene ni puta idea de inglis, suena genial

Segundo: los cantantes de los grupos son unos chulos. Eso es indicutilble. A pesar de que saben de sobra que se van a cocer vivos en el interior de un traje de pana, o una chaqueta de cuero cerrada, suben al escenario bien abrigaditos, no van a dejar de ponerse sus mejores galas para la ocasión. A los quince minutos, cuando el calor de los focos, y el cansancio de los gritos les ha provocado un indicio de lipotimia, se quitan la chaqueta del traje y se quedan en... ¡camiseta de tirantes! Mañana iré a la oficina con un modelito así a ver qué me dicen.

El cantante suele ser el más extrovertido, el guitarra el tío normal, y el bajo el más vago. Admitámoslo. Solo tiene que tocar cuatro cuerdas, y el de ayer solo usaba dos. Menuda complicación. Tocando una al azar, tenía en cada nota un 50% de posibilidades de acertar. El batería suele ser el bestia del grupo, que por algo se dedica a darle de palos a las cosas, y es el más solicitado cuando se termina el concierto, para conseguir una baqueta. El resto del grupo está formado por panolis, un teclista, violinista o lo que sea, sirve para dar colorido a las canciones, pero no molan tanto como el cantante. Quizás porque no llevan chupa de cuero.

Muchas gracias por venir.... Sois estupendos... [...] ¡y a la guitarra Alberto Martinez![..] Esta canción se la quiero dedicar a todos los que nos han apoyado desde el principio...

Hijo mío, lo que tenías que haber hecho desde el primer día era pedir dinero. Ahí sí que verías quién te apoya, y ahora te ahorrarías un montón de agradecimientos.

En algunas ocasiones, calculan mal el tiempo del concierto, y si les sobra media hora, puedes disfrutar de un repertorio de canciones chorra. No esperaba escuchar la canción de Star Wars o la de los Simpson. Y mucho menos en versión heavy metal, pero de todo hay en la viña del Señor, como decía un cura de mi colegio.

La útima canción nunca es la última. Los tíos hacen como que se despiden, y se marchan del escenario, dejando los trastos allí. Entonces el público se ve en la obligación de gritar “¡Otra, otra!”, y los músicos se hacen de rogar un minutito, (todos tenemos nuestra vanidad), y vuelven a tocar una canción, tras la que se despiden con un “Hasta siempre xxxx!” donde xxxx es el nombre de la ciudad o la sala de conciertos.


Y vosotros, ¿tocais en un grupo? ¿Sois el chulo, el vago, o el panoli?

domingo, febrero 19, 2006

En la prehistoria

Miras el periódico y se te quedan los pelos de punta. Otro trabajador destrozado al caer de un quinto piso en una obra. Como moscas. Caen como moscas. Un amigo de Jumilla y yo debatíamos hace unos días si no era más seguro vivir en la prehistoria, teniendo en cuenta la cantidad de razones que hay hoy en día para palmarla. En aquella época, lo más duro que podía ocurrirte era que te pisara un mamut. Y sí, seguro que eso era jodido. Politraumatismos por todo el cuerpo, y no había paracetamol para remediarlo. Pero no existía la posibilidad de rebanarte una mano con una sierra mecánica, entre otras razones, porque el círculo no estaba inventado.

No es difícil imaginarse cómo seria la sociedad cavernícola. Los cazadores sin experiencia, los más jóvenes, tendrían los trabajos difíciles, como cazar mamuts y tigres. Los currantes con años de experiencia a sus espaldas, tendrían trabajos sin riesgo: cazarían conejos, y ganarían mucha más pasta, lo que significa que tendrían derecho a las mejores tajadas de la carne que hubiesen traído los demás. Vamos, que la cosa no ha cambiado mucho en diez mil años.

No obstante, lo que más jodería, como ahora, son los artitas. Tipos que pintaban un león en la pared, (el mismo que te había perseguido a ti y casi te mata al cazarlo), y recibían el aplauso del resto de la cueva. Por pintar la mona, la gacela o lo que fuese con un carboncillo, mientras los otros se jugaban la vida a cara o cruz con velociraptors tipo Parque Jurásico, que, recordemos, sabían abrir puertas.

- Mira, mira que bonito lo que ha pintado Gruch. Es un león salvaje.- te diría la parienta.
- Ya, pero él lo ha pintado, y yo lo he cazado para que podamos comer. Me dio un zarpazo de cincuenta centímetros...
- Ay, qué bruto. Gruch hace arte, y tu matas animales, ¡salvaje! Él es más sensible que tú y más romático
- Cariño, faltan ocho mil quinientos años para que se invente el Romanticismo como corriente literaria
- ¡Siempre con pegas! Vete con tus amigotes a cazar
- Vete tú con tu madre


Definitivamente, creo que el hombre ha sido la única especie que no ha avanzado. Aunque ahora tenga Internet y escriba blogs. Por cierto, en el ultimo mes tenemos record de vistitas, doscientas. Señores, ésto despega. Anímense con los comentarios, de los seis no hemos pasado y ¡no hay que registrarse!

viernes, febrero 03, 2006

Hacerse la foto

Tras largos y duros años encerrado en la facultad, se aproxima el día en el que termino de cumplir condena. Seis años, sin libertad condicional, ni tercer grado. Apenas permisos de verano, de quince dias antes de volver a matarse con los exámenes de Septiembre. Se acabó lo que se daba, y empiezo a organizar los papeles para salir del centro. Lo típico, sacar el cepillo de dientes de la taquilla, la botella de whisky barato que aún no me ha dado tiempo a terminar en la cafetería los días de pellas, y hacerse la foto de graduación. Ésto, damas y caballeros, siempre es un mal trago, y no lo de mi taquilla.

Puedes ver las fotos de años anteriores expuestas en los pasillos. Dos centenares de tíos sonriendo forzadamente, con cara de haber sido jodidos durante cinco, seis, o vaya a usted a saber cuántos años. Con la toga naranja puesta sobre los hombros, una camisa blanca, y la corbata negra. La verdad es que nadie puede salir muy bien ni muy mal, porque la foto es de apenas seis centímetros de alto, así que no se ve una mierda. Es la única manera de meter doscientas fotitos en una cartulina de un metro. Ventaja para los feos pues.

Con la mente tranquila me dirigí yo al aula donde la fotógrafa disparaba indiscriminadamente contra los alumnos. A más de uno le habría disparado yo con otra cosa que no fuese una cámara, pero las matanzas de instituto y universidad son patentes americanas. Aquí lo que nos va es quemar mendigos en los cajeros. Spain is different. A lo que iba, que entro en la habitación y me dan una corbata piojosa, con el nudo mal hecho, y el típico gorrito americano, (que resultó llamarse birrete), no menos piojoso.

- ¿Y ésto? – pregunté señalando al sombrero.
- Para las fotos de veinte por veinticinco.

Si fuese una película, se produciría una secuencia de flashback en blanco y negro en la que marco sin darme cuenta la opción de las fotos grandes en un formulario, y entrego el papel sonriendo. Pero no es una película, y el bueno, (o sea, yo), tiene, veinte segundos antes de salir en la foto que su abuela colgará en el salón, una gota de sudor resbalando por la frente.

- ¡Un segundo, el nudo está mal hecho!-

Me tranquilizo mientras me aparto del objetivo y hago con calma un nudo Windsor digno del mejor ejecutivo de Wall Street. Una pena, porque la corbata es una basura, con menos seda que un chándal Nike. El birrete a la cabeza, y compruebo que se ajusta bien al diámetro de mi melón. Vuelvo a sentarme, mientras la mujer insiste en que sonría. ¿Sonreir? Imposible bajo semejante presión. La foto pasará a la historia familiar en un lugar preferente, y yo debería de poner cara de ganador, pero solo consigo una cara de susto. Qué le vamos a hacer. Habrá que esperar a la foto ganadora cuando ocupe la portada del Times: Men of the Year, elamigodeunamigo

Y a vosotros, ¿también os asustan las fotos para la posteridad?