sábado, octubre 14, 2006

Efecto mojado

Miré abajo y vi a cuatro de ellos sin vida. Posiblemente hermanos. Habían crecido juntos, durante años y allí estaban lacios, muertos. Era un momento para replantearme la vida, detenerme en mi quehacer cotidiano y replantearme la vida. Uno de esos instantes en los que saltan todas las alarmas en el interior de tu cerebro, las sirenas de conciencia aúllan, mientras ésta te pide un poco de atención. Mi situación quizás necesitara un nuevo enfoque.

Estoy acercándome a velocidad de crucero al cuarto de siglo, y determinados cambios se producen en mi fisonomía. Hace doce años descubrí nuevas capacidades físicas, producidas por un sistema hormonal en plena ebullición. Los cambios de los veinticinco son peores: barriga y calvicie. El primero parece difícil mientras siga corriendo en el parque y partiéndome la espalda en el gimnasio. Pero la visión de cuatro pelos sobre mi teclado, me ha metido el miedo en el cuerpo.

Se que cuatro no son muchos. Pero empezamos por cuatro y terminamos como bolas de billar, mirando con añoranza peines y champús en los estantes del supermercado, Preguntándonos como le hubiese quedado el nuevo efecto “pelo mojado” al antiguo tupé. Y cogiendo el gel “efecto bola de billar mojada”. Las primeras perdidas empiezan en la parte frontal. Como en la guerra, los situados en primera línea son los primeros en caer. Miro el espejo y paso revista a los pelos del flequillo, sintiéndome orgulloso de cada uno de estos valientes. Darán su vida por conseguir una apariencia mejor al cráneo en conjunto, tras luchar duro contra peines y estrés. Como un buen comandante, también me preocupo por los flancos, donde dos peligrosas entradas pretenden infliltrarse. El espejo, ese aliado de la bruja de Blancanieves, revela una pequeña escasez de cabello en esa zona.

Preocupado por mi situación, regresé a la farmacia, rezando para no encontrare con vecinos mientras le explicaba a la vieja de turno mis miedos capilares.

- ¿Tienes estrés últimamente? – preguntó la de la bata blanca
- Defina “últimamente”. ¿Dos años?
- En periodos de estrés puntuales, el cabello se resiente. El comienzo del otoño es particularmente malo. Después vuelve a crecer.


Periodos puntuales. Como la regla, vamos. Ahora me venderá una compresa para la cabeza

- ¿Qué es lo que ha dicho del otoño?
- Pues que el pelo se cae, como las hojas de los árboles


Anda, debía de tener cara de sauce (llorón). Para completar mi mala suerte, y en vista de mi recién descubierta condición arbórea, un perro podría mearme en la pata al salir de la farmacia, confundiéndome con un arbusto.

- Te sugiero esperar unos días y esperar a ver si deja de caerse el pelo. Si no puedo darte un champú
- ¿Efecto bola mojada?
- ¿Cómo?


Por el momento no tengo champú, pero no le quito ojo al peine, no vaya a ser que la pérdida continúe y tenga un serio problema. Confiemos en que sea puntual. Y de vosotros, ¿alguien ( o un familiar, o un amigo, o su perro...) tiene experiencia en ésto?