sábado, junio 03, 2006

Llega el Mundial

El cometa Halley orbita cada setenta y seis años cerca de la Tierra. Las elecciones en Francia son cada cinco años, y en España, cada cuatro. Nadie protestaría si el mencionado cometa se estampa contra Júpiter, y no se le vuelve a ver el pelo por aquí. Y las elecciones son un engorro, a casi nadie le hacen gracia.

Sin embargo, cada cuatro años exactos, ocurre un acontecimiento esperado por gran parte de la humanidad. Los lectores menos despiertos que no imaginen de qué estoy hablando deberían releer el título de la columna. En efecto. El mundial de fútbol.

Resulta que este mes toca campeonato, y el lugar escogido es Alemania. Allí no llegaba gente de tan diferentes países desde que en 1945 unos cuantos millones fueron a comentarle a Hitler algo sobre invasiones y exterminios. Los de ahora no son soldados, sino turistas y futbol-players; Allí los reciben con los brazos (y los negocios) abiertos, no ha tiros.

A los teutones les importa un carajo quién gane su Weltmeistersaft. Han buscado un slogan chulo, Die Welt zu Gast bei Freunden, “Invitar al mundo y a los amigos”, en una traducción libre. Y a hacer caja, cuantos más eurazos se dejen, mejor.

El invento de la ocasión es el mundial ecológico,
klimaneutrale WM . ¿Quién dijo que hablar bárbaro era difícil? Está bien claro: klima y neutrale. Clima neutro, o sea, ecológico. He leido en algún lado que los vasos de plástico costarán un euro. Vacíos. Para que la gente no los tire en los partidos, y no se generen desperdicios. Tira un vaso de Coca-Cola al suelo y no solo estropearás el medio ambiente, también te joderás el bolsillo. Eine vasen aub suelen, eine monederen puteaten. Lo dicho, todo por la pasta.

Si algo pueden presumir los alemanes, es de hacer las cosas pensando en todo. ¿Que a los hombres les gusta el futbol y las mujeres? Perfecto, organicemos junto al torneo un concurso de “Miss Mundial”. Balones y culos, todo lo que un turista en Deutchland necesita para sobrevivir.

De la frontera a esta parte, España vive con fuerza los campeonatos de su selección. Animar al equipo es uno de los pocos motivos por los que dos españoles pueden estar de acuerdo. Gritos, camisetas, pintura amarilla y roja. Insultos a los jugadores y lágrimas cuando nos eliminen. ¿A estas alturas alguien cree que España va a ganar el Mundial? Por favor, si perder en cuartos de final es una tradición tan arraigada como la siesta o los toros. Perderemos contra los más malos, Corea, Zimbaue, Kuala Lumpur, etc. Yo por mi parte perderé la voz chillándole a una pantalla, con la esperanza de que once tíos, a cinco mil quinientos kilómetros de distancia, corran más rápido.

Y vosotros, ¿también estabais esperando que empezase el futbol? ¿O preferirías ver el cometa Halley?