sábado, noviembre 05, 2005

Esto es Halloween

Disfraces, maquillaje, papel couché, narices postizas. El uno de noviembre fue la noche de Halloween, y medio planeta salió a celebrarlo. Antes en España se llamaba el Día de todos los santos. Pero las costumbres cambian, o mejor dicho, se importan. De los yu-es-ei, como la Coca-cola, (que Dios la bendiga), o el Intenné. Desde hace algunos años, esta fiesta se celebra como si fuese un viernes normal de juerga, pero con saliendo disfrazado. Hemos perfeccionado el sistema americano, y nos ahorramos la cena familiar. Directamente al cachondeo, que es lo importante.

No solo la gente cambia su atuendo. También los garitos modifican su look para hacerlo “amigablemente más siniestro”. Se trata de decorarlo con alguna tontería halloween, como velas o calabazas, pero sin que parezca la funeraria, con coronas de flores o tiras de papel con un “Pepe, tus amigos y tu familia no te olvidan”. Que parezca que estamos muertos, pero sin morirnos de verdad, por favor.

En esa línea van los disfraces del personal. Por la calle veía multitud de esqueletos, zombies y momias. Imagino, (o al menos prefiero pensar), que con gente viva debajo de tanta venda. Luego están los disfraces de película, tipo Jasón, Fredye Crugger, o Viernes 13. Solo las movies de miedo con más de 10 muertos tienen derecho a lucir personajes en Halloween. Por último, quedan los trajes más variopintos, desde tumbas o lápidas, hasta monjes budistas. Cualquier cosa vale para hacer el idiota una noche. Alguien me comentó que se disfrazó de calabaza. Vivir para ver, vamos.
Sin olvidarnos por supuesto de los frikis de StarWars, que buscan cualquier excusa para vestir su traje de soldado imperial, o de Obi Wan Kenoby, según preferencias.

Mi voto particular se lo han llevado este año dos chicas vestidas de vampiresas. El toque justo de pintalabios rojo, un tridente y una cola de diablo en el culo. Simple y efectivo. Directo a la yugular.