domingo, octubre 16, 2005

Rasca y Gana

Desde siempre a todos nos ha gustado eso de jugar en las ferias al “rasca y gana”. Te dan un boleto, y si al rascar sale la palabra “premio”, te llevas una alegría. Pero el otro día el premio consistía en llevarse una paliza... Me explicaré:

Íbamos Tío Diego y yo caminando tranquila y ébriamente por la noche madrileña, cuando, de repente, zas! Encontronazo con los más malvados de lugar.

- Mira por dónde vas y ten cuidado!- graznó el canijo que parecía el líder del grupo.
- ¿qué dices?- respondió Tío Diego
.
- ¿Qué, de qué?-

Y con esta épica frase del canijo con mala leche, ya estaba liado el asunto. Mientras tanto, yo hacía complejos cálculos mentales. “Ellos son cuatro, nosotros dos, luego... Raíz cuadrada de nueve... bajo el siete, me llevo dos, y cierro la cuenta. En efecto, tocamos a dos por cabeza”. Otro complicado problema de aritmética resuelto por Asduril.
La perspectiva no era buena, y deberíamos haber tocado retirada, pero, ¡qué coño!

- Tío, tengo una papeleta para ti. ¡Rasca y gana!- El enano coñón decía esto mientras señalaba en su mano un boleto imaginario.

Mientras tanto, los tres restantes estaban platicando conmigo.

- ¡Joder, tu te pareces a Edward Norton!- dijo el más borracho
- Ya me lo han dicho más veces- mentí yo.- Como en el Club de la Lucha, buenas ostias se dan.- Me estaba tirando el órdago más grande desde que el Cid salió a luchar muerto en Valencia. Con suerte podría darle una torta a uno antes de que me rompieran todos los huesos.
- Así que sabes boxear...

Yo no había hablado de boxeo para nada, pero su grado de alcoholismo jugaba en nuestro favor. Escuché lo que decía Tio Diego.

- Vamos a ver, si rasco la “papeleta” hay ostias, ¿verdad?
- No, bueno tío, no sé. – Se acobardó el enano.
- Entonces, ¿Ostias o buen rollo?- Ofreció mi amigo
- ¡Buen rollo tío!. –

Estábamos salvados. Se habían achantado, cuando nos podían haber dado pal pelo. Se marcharon de allí sin más problemas.

Lo que no acabo de entender, era qué ganaban esos tíos metiéndose en una pelea. Perfectamente podríamos ser cinturones negros en Taekwondo, y mandarles al hospital de una patada. O llevar navaja, en vez de un boli en el bolsillo. La gente se juega el pellejo sin mucho sentido, y luego pasa lo que pasa. Imagino que será el novio ideal para una mascachapas. No me gustan las peleas, porque hacen pupa. Pero a veces, te puedes ver envuelto en una, sin comerlo ni beberlo.

¿Os ha ocurrido a vosotros? ¿quién la ganó? ¿tardasteis mucho en que os atendieran en Urgencias?